La leyenda de Medulio, conocido también como el monte perdido, se remonta siglos atrás. Se podría decir que el Monte Medulio es símbolo de la resistencia de Galaicos, Cántabros y Astures frente a los invasores romanos. Tristemente, la contienda que tuvo lugar en el año 22 a.C. acabó en una masacre que terminó por consumar la romanización de la Península Ibérica.
La batalla del Medulio
Se dice que en el asedio del Monte Medulio, las tropas romanas incursionaron como una turba desde todas partes. Superados en número y fuerzas, los bárbaros (que así se referían los romanos a nuestros particulares quijotes) se vieron reducidos de forma aplastante, encontrando la muerte con el fuego, la espada y el veneno que se acostumbraba a extraer de los tejos. Así la mayor parte se libró de la cautividad y lo que ello significaba. «Una gente hasta entonces indómita parecía más intolerable que la muerte», escribía un comentarista, geográfico e historiador romano.
Medulio el monte perdido
De la mítica batalla se tiene constancia gracias a numerosos escritos, algunos de los cuales hablan de cómo los romanos, tras la ofensiva, se fueron encontrando a lugareños, bravos y fornidos, inertes en el suelo junto a sus familias. Alguno de esos perplejos romanos comenzaron entonces a clavar su lanzas en los cuerpos, para asegurarse de que realmente se habían suicidado.
La situación geográfica de esta montaña, sin embargo, sigue siendo una gran incógnita hoy en día. Son muchos los lugares que se disputan la ubicación de este histórico monte: Asturias, Galicia, Cantabria y, por supuesto, también nuestra tierra.
En el Bierzo se llegó a concluir que la montaña podría estar situada en los Ancares, en un primer momento. Aunque cada vez son más las voces que la ubican en la Sierra de la Encina de la Lastra, donde se han encontrado vestigios de antiguas calzadas, un foso y las huellas de quicios de puertas de hogares primitivos.