El gusto por las peras no es nada nuevo, ya en el 5000 a.C. Feng Li, un diplomático chino, habla de ellas. También, en La Odisea, Homero alaba a las peras como un “regalo de los dioses.” Pomona, diosa de la fruta, era un miembro apreciado del Panteón romano y los agricultores hablaban de la pera y su crecimiento así como las técnicas de injerto. Gracias a su versatilidad y larga vida, las peras eran, por aquel entonces, un bien muy deseado entre las rutas comerciales del mundo antiguo.
Las peras en el mundo antiguo
16/10/2015 | Noticias